martes, 6 de marzo de 2012

La metáfora del libro-reloj

Leemos y escuchamos día tras día discusiones bizantinas acerca del presente y el futuro del libro, de la función de la tecnología, de las transformaciones en los hábitos de los lectores, de los retos a los que se enfrenta el sector editorial, de la pervivencia o no del libro en papel, etcétera, etcétera. Y hoy, de sopetón, nos hemos encontrado con el producto que resume, como metáfora insuperable, este momento de debate permanente. Los libros, esos objetos que forman parte de nuestra vida, son como anclas en el tiempo... Y de tiempo, precisamente, va este post, pero no nos pongamos filosóficos. Aquí de lo que se trata es de proporcionar una salida digna (todos, periódicamente, nos vemos obligados a purgar nuestras bibliotecas) a esos libros arrinconados por el ebook o por nuestra propia debilidad (comprados en algún instante de enajenación lectora transitoria). Puede usted tirar al contenedor de papel los ejemplares descartados, o llevarlos a una biblioteca, pero ¿en serio va querer para los demás lo que no desea para usted mismo? Desde conbuenaletra le recomendamos los libros-reloj. Busque (le avisamos que no será fácil) una tienda donde vendan manecillas y piezas para relojes. Compre un mecanismo completo, es barato. Hágase con un cúter afilado y un taladro bien templado. El resto no tiene mayor dificultad. Aquí le mostramos lo que hace con estas sencillas herramientas Hilda Grahnat.


Por supuesto la inspiración artística también tiene algo que decir. Escoja cubiertas bonitas, con elementos gráficos o geométricos, a ser posible de tela, y... voilà! Feliz bricolibro. Si le han entusiasmado los diseños de Hilda puede comprar en su tienda.

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